Diecisiete años de espera para que Manolo García volviera a los escenarios de Puertollano en una ansiada insurrección en la que ha estado arropado por 4.000 personas en uno de los grandes conciertos que se recuerdan en la Plaza de Toros, y que cierra las actividades musicales de las fiestas de septiembre.
Manolo García dejó claro en Puertollano que sigue siendo el rey, como la archiconocida composición mejicana de Vicente Fernández, con la que cerró un intenso concierto de dos horas y media en la compartió buena parte de un repertorio de éxitos que han formado parte de la vida de muchos de los asistentes, una buena parte procedentes de distintos puntos del país y cuya presencia se ha notado en los diversos hoteles de la ciudad.
Nadie es mejor que nadie
Quince minutos de las once de la noche arrancaba con “Nadie es mejor que nadie, pero tú creíste vencer” y Manolo García venció sobre el escenario ante un público entregado con ganas de reencontrarse con uno de las grandes leyendas de la música española, diecisiete años después de su última actuación en nuestra ciudad.
Un concierto cargado de fuerza y energía, arropado con una buena banda encabezada por Ricardo Marín, que ayudó a la perfecta comunión entre el artista y cada uno de los espectadores que empezaron a corear composiciones como “Lápiz y tinta” y “Lejos de las leyes de los hombres”.
Manolo García se encontró con un público de caras sonrientes a los que pidió más amor y que dejaran en el trastero las malas noticias, después de unos tiempos difíciles, a los que ofreció algunos de sus temas más veteranos junto a algunas de los incluidos en sus últimos trabajos discográficos “Mi vida en Marte” y “Desatinos desplumados”.
A San Fernando entre llanto de pasión
A la cálida noche en la Plaza de Toros en el último día de feria se sumó la alta graduación que se alcanzó en la parte final del concierto con la interpretación de los temas más esperados, desde “Aviones plateados”, “Llanto de pasión”, “Sara”, “Un poco de amor” o “Nunca el tiempo el tiempo es perdido”.
Manolo García no dudó en bajarse al ruedo al sentir el calor de sus devotos y compartió “Pájaros de barro”, “Carbón y ramas secas”, “Prefiero el trapecio” y de propina “A San Fernando, un ratito a pie y otro caminando” con el que inició un juego de voces con el ruedo y graderío.
El público tenía ganas de más, nadie quería moverse y ni que acabara un concierto memorable, para recordar, de esos de los que se hablará en mucho tiempo. Por ello, Manolo García agradeció la generosidad de sus fieles seguidores con el regalo de que cantaran a viva voz “Dónde estabas entonces, cuando tanto te necesite”, el inicio de uno sus grandes canciones “Insurrección”, que ya forma parte de la historia musical de este país.
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